“Quizá en un futuro no muy lejano una entrevista de
trabajo pueda definirse como una
conversación entre MARCAS”
Por
mi trabajo como consultora de rrhh, entrevisto a diario a personas que acuden a
los procesos de selección que llevamos a cabo. Sí, aunque resulte llamativo
tenemos clientes que buscan y necesitan personas para seguir con sus proyectos
empresariales y a tenor de lo que he leído en los últimos tiempos creo que no
hay nada de malo en eso. Al contrario, me enorgullezco de “conectar” personas que buscan un proyecto
profesional con emprendedores que necesitan a esas personas para hacer crecer
sus empresas, sus proyectos, sus ideas…
De
lo que sí estoy convencida es de que el modelo tradicional de entrevista de trabajo debe cambiar
radicalmente, y en ambos sentidos, tanto desde el punto de vista del que
entrevista, del empleador/a, del que ofrece un “puesto” (otra denominación obsoleta)
hasta el que acude a la entrevista como “candidato/a”.
Desde
el punto de vista de la MARCA PERSONAL, creo que habría que hablar de encuentro
de posibles colaboradores. Ello es posible en tanto en cuanto, uno como
otro sean personas y empresas que
apuesten por la marca personal. Me explico:
- - La empresa, empresario/a que busca un
colaborador (término mucho más acorde a
los modelos de relación profesional actual)
necesita y quiere al “mejor”
profesional que pueda encontrar (y pagar o remunerar de alguna manera).
Para ello, su oferta debe ser atractiva, debe ser “diferente” a otras
propuestas de empresas del sector o para puestos similares, la firma
corporativa debe ser creíble y sostenible, debe tener una buena reputación
tanto off line como en el mundo on line, debe tener una política
clara de desarrollo del capital humano, debe tener unos elementos diferenciales
claros en cuanto a su producto y/o servicio. En definitiva, tiene que atraer
ese talento que necesita y lo conseguirá en la medida en que tenga un proyecto
propio con entidad, con marca.
-
El candidato, el profesional que ha generado una
MARCA PERSONAL se posiciona como un “proveedor”
de servicios capaz de ofrecer y explicar
qué ofrece, cómo es lo que ofrece, que valor aporta a su trabajo, que
beneficios obtendría la empresa por contar con sus servicios, que precio tiene
su trabajo, que proyecto profesional está buscando, que valores, filosofía y
principios ha de tener la empresa con la que quiere colaborar…
En
definitiva la relación pasa de ser asimétrica a
estar en igualdad, requiere madurez, conocimiento y una disposición
clara hacia un modelo de relación profesional
donde hay un objetivo común:
generar un compromiso para lograr el éxito en un proyecto empresarial en el que
cada uno realiza una aportación de valor y cubre una necesidad del otro
(conocimiento/habilidades/esfuerzo/resultados/beneficio/refuerzo de marca a
cambio de salario/proyecto/desarrollo profesional/posicionamiento/refuerzo de
marca).
Quizá
aún estamos lejos de este modelo, y es
ahí donde creo que los profesionales de RRHH y los profesionales que trabajan
en el ámbito de la MARCA PERSONAL tienen un terreno fértil para trabajar en
ambas direcciones, con emprendedores, empresarios/as, profesionales libres,
jóvenes que acceden al nuevo mercado de trabajo…) ayudándoles a desarrollar ese nuevo modelo más acorde en la era del conocimiento.
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